Por: Joule JC
Yo soy la hierba indomable que crece en el campo.
Un corazón rebelde.
¡Voluntad que no se somete al opresor!
Yo soy en el mundo la hierba que vuelve verde al desierto
árido y estéril;
mis raíces recorren por todo los ríos y océanos, mis hojas
adornan -el lugar-
donde el jilguero canta y llora.
Esta piel que tengo está hecha de acero puro;
mis pies y mis lunares son huellas del tiempo infinito y de
vientos
que destruyen todo a su paso.
Yo soy el tallo de la hierba donde hay un corazón que canta
al futuro;
donde hay huellas de lágrimas –imborrables– de multicolores
mariposas,
donde hay una fibra que olvidó alguna vida donde hacen
fiesta las vidas nocturnas
de diferente tamaño, donde el eco del canto de la noche
rebota.
Yo soy el pastizal que apacienta a las bestias del campo;
la reserva de comida que alimenta al ganado en tiempos de
sequía,
la que sacia de hambre a la ternera.
Yo soy la hierba que escucha las últimas palabras de
despedida dirigidas al difunto hombre; la que adorna a las tumbas, la que
perfuma e ilumina los caminos de hombres con montañas de voluntad.
Yo soy la sustancia que mantiene viva la llama,
yo soy el mensajero del sol saliente, el tallo que se volvió
“ala”
para la vida que alguna vez soñó volar,
la respiración del avispa que llega hasta el cielo,
el pulso de la abeja que calma los truenos.
Yo soy todo eso que tanto ha servido al hombre para su
transformación.
Yo soy la hierba indomable que crece en el campo.
Un corazón rebelde.
¡Voluntad que no se somete al opresor!
Escrito en momentos de alta tensión...
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